Un mismo camino

Caminaba por las calles de una bella ciudad, preciosos paisajes adornaban el ambiente, apacibles moradas se veían desde el andén por donde transitaba; el cielo azul despejado daba un toque de serenidad al alma y todo en derredor inspiraba un ambiente de paz; algo raro noté en el sueño, era que aunque la ciudad estaba bella y bien arreglada, no había ser humano a la vista, pero pronto mi perspectiva cambió; una niña apareció de repente delante de mí y señalando un nuevo pasaje hacia mi derecha, me dijo: tendrás que tomar este camino.

Observé con profundo detenimiento mi nuevo destino que se extendía sin fin y resolví sin opción alguna caminar hacia allá. Todo era distinto al primer ambiente, aquí las calles estaban polvorientas, las casas estaban semi destruidas y la tierra se notaba árida y seca, algo insano se podía respirar y hasta el cielo daba un color gris. Luego empezaron a aparecer personas en el camino, estas invadían mi espacio, me gritaban obscenidades y hasta intentaban golpearme, corrí por librarme del peligro y cansado de correr caí tumbado en el suelo, nuevamente apareció la pequeña que me había señalado el camino y me dijo: ¿por qué te asustas?, este es el mismo lugar por donde caminabas antes y señalándome a la derecha observé que me encontraba a pocos metros de la bella ciudad, entonces, desperté.

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