Mi canción

A veces quisiera odiar a algunos que formaron parte de mi historia y odiar algunos caminos por donde caminé.
Pero lo encuentro imposible, muy imposible
Porque sé que es mi historia, es la parte de la historia de ellos en mí.
Y mis caminos
Por mas obscuros que sean son míos y de nadie más.

A veces quisiera culpar a alguien de mis tragedias y encontrar un corderito o un malvado chivo expiatorio, para librarme del dolor de mis equivocaciones, de mis frustraciones y mis autoengaños,
Pero no, no puedo, también me es imposible.

A veces quisiera creer que he perdido algo
Y hacer una forma de ritual para expresar mi duelo
Pero en realidad me cuesta creer que he perdido algo
Cuando en realidad lo entregue de manera voluntaria
Sin límites ni preocupaciones de lo que pudiera pasar.

Entonces me doy cuenta de que mi bendita mente tiene el maravilloso arte de engañarme
De hacerme creer que soy todo bueno, integro, feudo de la razón. A veces me doy cuenta de que he compuesto una canción con melodías, silencios y tiempos ajenos.

Y escucho esa canción y me gusta, porque me libera de muchas cosas.
Pero no, no es esa la melodía de mi alma, es otra.
Otra totalmente contraria, otra que me revuelca el pensamiento y me extirpa la razón.
Pero al final me siento sereno y en paz, porque estoy escuchando en mi alma mi propia canción.

Un mismo camino

Caminaba por las calles de una bella ciudad, preciosos paisajes adornaban el ambiente, apacibles moradas se veían desde el andén por donde transitaba; el cielo azul despejado daba un toque de serenidad al alma y todo en derredor inspiraba un ambiente de paz; algo raro noté en el sueño, era que aunque la ciudad estaba bella y bien arreglada, no había ser humano a la vista, pero pronto mi perspectiva cambió; una niña apareció de repente delante de mí y señalando un nuevo pasaje hacia mi derecha, me dijo: tendrás que tomar este camino.

Observé con profundo detenimiento mi nuevo destino que se extendía sin fin y resolví sin opción alguna caminar hacia allá. Todo era distinto al primer ambiente, aquí las calles estaban polvorientas, las casas estaban semi destruidas y la tierra se notaba árida y seca, algo insano se podía respirar y hasta el cielo daba un color gris. Luego empezaron a aparecer personas en el camino, estas invadían mi espacio, me gritaban obscenidades y hasta intentaban golpearme, corrí por librarme del peligro y cansado de correr caí tumbado en el suelo, nuevamente apareció la pequeña que me había señalado el camino y me dijo: ¿por qué te asustas?, este es el mismo lugar por donde caminabas antes y señalándome a la derecha observé que me encontraba a pocos metros de la bella ciudad, entonces, desperté.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑