«El viento sopla de dónde quiere
Y no sabes a dónde va ni de dónde viene».
Fue mi alma
La que un día se vio en el reflejo de una gota de lluvia paralizada en el espacio vacío
Ya sin tiempo
Ya sin respirar
Se hundía en el silencio.
Y me descubrí
Y fue tan trágico descubrirme
Como quien pierde lo más amado al encontrarse
Fue así
Porque me ví
Me ví como era
Y no como pensaba.
Y quedé en la nada
Sin razones
Sin sonrisas
Sin lágrimas
Sin continuidad.
Solo con la verdad
Mí verdad
Tan dolorosa como el tiempo que pasa
Sin detenerse ante las heridas que matan
Quise mantenerme existente
Pude, pero no sin despersonalizarme
No sin el terror de volver a ver la imagen de mi propio ser.
Pasé a tenerle miedo a los espejos
Al mar, a los ríos y lagos, al agua, en fin, a la vida y quería morirme, pero sin dejar de existir
O tal vez morirme con la certeza de resucitar en el próximo segundo como un nuevo nacimiento, sin conocimiento de causas ni sufrimiento, pero no moría
O tal vez no quería
Porque había entre mi yo y la imagen descubierta una brecha que se aferraba al presente y amaba la vida
Había un nombre
Una sonrisa
Una mano
Una esperanza
Una luz
Estabas tú…
El que todo lo ve.
Nostalgia
Nostalgia no dan los recuerdos de los momentos que se vivieron junto a personas que amamos con todo y hoy ya no están.
Nostalgia da el tiempo que consideramos perdido en la inmensidad de la nada por creer que estábamos equivocados al sentir lo que sentimos por quién lo sentimos.
Nostalgia no dan esos besos pasionales que nos llegaban al alma y producían una mezcla de locura y calma
Nostalgia dan los minutos y segundos, los sentimientos, las emociones, los gestos que hoy están en el vacío de la inexistencia.
Nostalgia no causan las caricias de unas manos suaves sobre la delicada piel, ni las experiencias inexploradas ni las sensaciones descubiertas por primera vez.
Nostalgia da el pensamiento falso de lo infinito, de lo interminable, de lo eterno, nostalgia da el falso futuro que nos construimos en el pasado, nostalgia dan las oportunidades que se han dejado por ser, por sentir, por vivir lo que se ha vivido y amar lo que se ha amado creyendo que era amor cuando no fue.
El silencio
Aunque el silencio no cante
Al menos puede susurrar, susurra el sonido de la nada
Y musita el eco del vacío.
Aunque el silencio no cante
Si existen los silencios en canciones
Sí existen los silencios en discursos
Que a veces dicen más que las palabras
Que como puerta se abre en las ausencias
Ubicándonos frente a un cuarto vacío
Que regala el sonido del espacio,
Espacio que no es cálido ni frio.
Y a veces desconfío del misterio
Que se oye en el silencio de la nada
Mas algo hay que me empuja entre sus notas
Diciendo hay algo bello entre sus voces enunciadas.
Y sumergido cual barquilla en el océano de lo insonoro
Siento el vaivén de las olas susurrantes que me asientan
Ritmo perfecto de sonidos faltantes
Sin tiempo sobrante ni minutos errantes
A la fúnebre muerte el silencio me avienta.