«El viento sopla de dónde quiere
Y no sabes a dónde va ni de dónde viene».
Fue mi alma
La que un día se vio en el reflejo de una gota de lluvia paralizada en el espacio vacío
Ya sin tiempo
Ya sin respirar
Se hundía en el silencio.
Y me descubrí
Y fue tan trágico descubrirme
Como quien pierde lo más amado al encontrarse
Fue así
Porque me ví
Me ví como era
Y no como pensaba.
Y quedé en la nada
Sin razones
Sin sonrisas
Sin lágrimas
Sin continuidad.
Solo con la verdad
Mí verdad
Tan dolorosa como el tiempo que pasa
Sin detenerse ante las heridas que matan
Quise mantenerme existente
Pude, pero no sin despersonalizarme
No sin el terror de volver a ver la imagen de mi propio ser.
Pasé a tenerle miedo a los espejos
Al mar, a los ríos y lagos, al agua, en fin, a la vida y quería morirme, pero sin dejar de existir
O tal vez morirme con la certeza de resucitar en el próximo segundo como un nuevo nacimiento, sin conocimiento de causas ni sufrimiento, pero no moría
O tal vez no quería
Porque había entre mi yo y la imagen descubierta una brecha que se aferraba al presente y amaba la vida
Había un nombre
Una sonrisa
Una mano
Una esperanza
Una luz
Estabas tú…
El que todo lo ve.
Una estrella
La verdad no me importan tantas estrellas
Y que sean incontables o más bellas
Simplemente me importa una estrella en el universo vasto
Me importas tú, entre el brillo de la luz que nace y muere en un destello inadvertido.
Salí a la oscuridad y te descubrí
Y fue el frío intenso
Y el viento iracundo
Y el murmullo de los árboles
Los que me contaron de tí
Yo no había visto hacia arriba
Ni hacia abajo
Ni al futuro
Ni al pasado
Ni hacia adentro
No había vivido
No había muerto
No había nacido
Ni resucitado
Solo era algo incierto
Entre la vida, la verdad
La falsedad y el silencio.
Pero mis lágrimas
Mis vacíos y mi soledad estaban ahí
Queriéndome empujar hacia tí
Queriendo dirigir mi mirada al cielo
Queriendo que descubriera tu tímido brillo
Que alumbró mi alma.
Existiendo por ustedes
Tanto tiempo
Tantas emociones
Y el alma se nos va.
Entre sus suspiros
Entre sus lágrimas
De tristeza
De alegría
De rabia.
Fue el alma de quienes me habitaron
Y el respirar de quienes me rodearon
Lo que me dió vida.
Yo nunca existí
Hasta que llegaron ustedes
Todos los que un día conocí.
Y fue entre ese laberinto de palabras que encontré mi mundo
Como el minotauro errabundo.
Fue entre esas canciones absurdas
Esa poesía sublime
Esos lugares oscuros
Y esas cátedras profundas
Dónde me perdí
Para encontrarme.
Nunca había conocido el sentimiento
Ni los orgasmos intelectuales
Ni la pasión atrevida
Ni la envidia ignorante
Nunca había sido humano
Hasta llegar ahí
Dónde estaban ustedes
Y fue entre las redes de un universo paralelo
Conectado multineuronalmente
Que he descubierto esa mente maestra
Que alimenta mi mente
Haciendome ser en colectivo.
Y me siento vivo
Porque no se ha olvidado mi nombre
Y todavía es pronunciado por los labios de aquellos en quienes vivo y seguiré viviendo por los siglos de la eternidad.
Por ustedes.
Absurdismo adverso
Yo sabía que todo esto era vacío
Quiza hasta el punto del suicidio
Pero pensar en eso era absurdo
Porque tenía un profundo sentido del deber.
Sabía que había nacido para algo
Y aunque cada vez me sentía más lejos de eso para lo que había nacido
No era capaz de cesar mi existencia
Por medio de mi propia intención.
A veces sonreía
Y me alegraba un poco por las tardes y mañanas
Cuando veía a un niño desconocido sonreírme
O cuando las aves cantaban al despuntar el alba
O cuando observaba las flores recién nacidas recibiendo sol.
Todo esto era sencillo
Y por un momento me alegraban
Pero todo era efímero
Sabía que no había nacido solo para eso.
Y a veces caminaba solitario
Ensimismado y perdido
Entre algunas calles desconocidas
Y otras veces me iba cerca de esas avenidas por dónde pasan muchos autos, buses, camiones y transeúntes;
No reparaba en sus colores, ni estilos ni en detalles tontos ni en si conocía o no a las personas que pasaban
Simplemente observaba el continuo devenir,
La incesante voluntad del mundo de moverse sin ser
La continúa actividad carente de sentido, quizá sin voluntad
Porque la mayoría de las veces, los que hemos estado en una forma de servicio también hemos entendido que la mayor parte de las ocasiones no existe voluntad propia
Simplemente una obediencia vil y absurda que nos hace encajar dentro de una sociedad funcional y que en esa forma de sumisión nos han dosilizado tánto hasta el punto de llegar a creer que ahí precisamente radica nuestra autorrealización, en la pérdida de la voluntad, en la ansiedad de correr tras los sueños desconocidos de individuos inexistentes.
Es en mi interior
Solo en mi interior que moran estos sueños
Automáticos, inadvertidos, sin razón ni destino
Y a veces en mí mismo puedo ver esas grandes avenidas, esos autos, eso transeúntes, que se replican en mis imágenes y pensamientos como copias de una realidad absurda, porque me he tragado ese absurdismo junto con los sueños de quienes no conozco y no sé dónde viven o si realmente viven.
Y así, viendo hacia la nada o viendo al interior o hacia afuera, pero sin ver
Así me cuestiono
Y en ese cuestionamiento me lazero
Me golpeo y me odio a mí mismo
Por no ser
Por no existir
Por no vivir para mí
Por no encontrarme a mí mismo y mis razones por las cuales estoy aquí.
Derrepente algo intenta sacarme de mí
Un objeto animado interrumpe el curso de mis pensamientos profundos
Sacándome de lo más hondo de mí realidad interior
Y no se va hasta devolverme a la realidad
Me resisto, pero insiste
Hasta que como volviendo del futuro, como despertando de un sueño escucho una voz que en forma lastimera me pide cinco pesos para montarse en la ruta.
Ya no estás
Los recuerdos no se desintegran
Solo la existencia
La consciencia de la ausencia es admitida mas se niega
La razón se vuelve ciega con afecto
Y el afecto sigue el curso hacia el vacío donde ya no estás.
Aceptar que ya no es me desvanece
Mas creer que aún te tengo me destruye
Y aunque sé que es imposible permutarte
Te persigo entre mil rostros que se parecen a tí.
No eres tú
Es mi memoria de tí
No es tu alma
Es mi historia
Soy yo creando un vacío
No eres tú viviendo en la sombra.
Pero la esperanza es fuerte a pesar de la verdad
Mi accionar tan inconsciente entre las realidades
Disociado entre mis lágrimas, mi vacío y mi soledad
Te escribo poemas y pienso en tí como que todavía existes y me escuchas.
Se me va la vida
Se me va la vida en el intento
De alcanzar intensamente libertad
Se me va la fuerza, se va el tiempo,
La mirada firme, el caminar.
Se me va el sentir y la pasión
Se me va la luz, la ingenuidad
La sonrisa pura, la ilusión
La palabra amable, la bondad.
Se me va el gusto y el placer
Se me va el ser, el respirar
Se me van las lágrimas y el odio
La tristeza, el miedo y la amistad.
Se me van los besos, los abrazos
El calor del alma, la emoción
El deseo intenso, la locura
Los versos, las prosas, la intención.
Se me va la duda y el asombro
Se me va el anhelo, el esperar
Se me va el amar y la existencia
La palabra escrita, la verdad.
Se me va la vida…te vas tú.
El silencio
Aunque el silencio no cante
Al menos puede susurrar, susurra el sonido de la nada
Y musita el eco del vacío.
Aunque el silencio no cante
Si existen los silencios en canciones
Sí existen los silencios en discursos
Que a veces dicen más que las palabras
Que como puerta se abre en las ausencias
Ubicándonos frente a un cuarto vacío
Que regala el sonido del espacio,
Espacio que no es cálido ni frio.
Y a veces desconfío del misterio
Que se oye en el silencio de la nada
Mas algo hay que me empuja entre sus notas
Diciendo hay algo bello entre sus voces enunciadas.
Y sumergido cual barquilla en el océano de lo insonoro
Siento el vaivén de las olas susurrantes que me asientan
Ritmo perfecto de sonidos faltantes
Sin tiempo sobrante ni minutos errantes
A la fúnebre muerte el silencio me avienta.