Inexistente

No soy de muchas ilusiones
Y no por traiciones ni sufrimientos me desencanté
Fue lo que fue
Amé lo que amé
No me arrepentí
Mas rumbo cambié.

Y entre mis enredos aprendí
El difícil arte de no esperar
Aunque espero
De no sentir aunque muera
De ser directo aunque quiera mantener el suspenso entre el silencio y la palabra.

Frío no soy
Calculador talvez
Me gustan las matemáticas afectivas
Y la química del placer
Un placer basado en la razón
En el conocimiento de mi alma
Reflejada en tu óleo sobre piel.

Y mientras me digo que no busco un alma gemela
Mi imaginación abre sus alas
Hacia un lugar distante, silencioso y sereno
En dónde te abrazo sin miedo a mi yo
Que me tiene prohibido volver a decir «te amo».

No soy yo
No es mi pasado
Es la extrema confianza
Es la indiferencia hacia mí mismo
Es el cinismo de sentir que llegará
Aún cuando no lo buscamos
Es algo extraño que te extraño sin conocerte
Y a la vez me odio por no tenerte
Por no hacer nada por amarte
Por sentirte, por buscarte, por conquistarte.
Es algo extraño sentir esto, por alguien que no existe más que en mi silencio y mi soledad.

Me conocí

«El viento sopla de dónde quiere
Y no sabes a dónde va ni de dónde viene».

Fue mi alma
La que un día se vio en el reflejo de una gota de lluvia paralizada en el espacio vacío
Ya sin tiempo
Ya sin respirar
Se hundía en el silencio.

Y me descubrí
Y fue tan trágico descubrirme
Como quien pierde lo más amado al encontrarse
Fue así
Porque me ví
Me ví como era
Y no como pensaba.

Y quedé en la nada
Sin razones
Sin sonrisas
Sin lágrimas
Sin continuidad.

Solo con la verdad
Mí verdad
Tan dolorosa como el tiempo que pasa
Sin detenerse ante las heridas que matan
Quise mantenerme existente
Pude, pero no sin despersonalizarme
No sin el terror de volver a ver la imagen de mi propio ser.

Pasé a tenerle miedo a los espejos
Al mar, a los ríos y lagos, al agua, en fin, a la vida y quería morirme, pero sin dejar de existir
O tal vez morirme con la certeza de resucitar en el próximo segundo como un nuevo nacimiento, sin conocimiento de causas ni sufrimiento, pero no moría
O tal vez no quería
Porque había entre mi yo y la imagen descubierta una brecha que se aferraba al presente y amaba la vida
Había un nombre
Una sonrisa
Una mano
Una esperanza
Una luz
Estabas tú…
El que todo lo ve.

Una estrella

La verdad no me importan tantas estrellas
Y que sean incontables o más bellas
Simplemente me importa una estrella en el universo vasto
Me importas tú, entre el brillo de la luz que nace y muere en un destello inadvertido.

Salí a la oscuridad y te descubrí
Y fue el frío intenso
Y el viento iracundo
Y el murmullo de los árboles
Los que me contaron de tí

Yo no había visto hacia arriba
Ni hacia abajo
Ni al futuro
Ni al pasado
Ni hacia adentro

No había vivido
No había muerto
No había nacido
Ni resucitado

Solo era algo incierto
Entre la vida, la verdad
La falsedad y el silencio.

Pero mis lágrimas
Mis vacíos y mi soledad estaban ahí
Queriéndome empujar hacia tí
Queriendo dirigir mi mirada al cielo
Queriendo que descubriera tu tímido brillo
Que alumbró mi alma.

Existiendo por ustedes

Tanto tiempo
Tantas emociones
Y el alma se nos va.
Entre sus suspiros
Entre sus lágrimas
De tristeza
De alegría
De rabia.

Fue el alma de quienes me habitaron
Y el respirar de quienes me rodearon
Lo que me dió vida.

Yo nunca existí
Hasta que llegaron ustedes
Todos los que un día conocí.

Y fue entre ese laberinto de palabras que encontré mi mundo
Como el minotauro errabundo.
Fue entre esas canciones absurdas
Esa poesía sublime
Esos lugares oscuros
Y esas cátedras profundas
Dónde me perdí
Para encontrarme.

Nunca había conocido el sentimiento
Ni los orgasmos intelectuales
Ni la pasión atrevida
Ni la envidia ignorante
Nunca había sido humano
Hasta llegar ahí
Dónde estaban ustedes

Y fue entre las redes de un universo paralelo
Conectado multineuronalmente
Que he descubierto esa mente maestra
Que alimenta mi mente
Haciendome ser en colectivo.

Y me siento vivo
Porque no se ha olvidado mi nombre
Y todavía es pronunciado por los labios de aquellos en quienes vivo y seguiré viviendo por los siglos de la eternidad.
Por ustedes.


Absurdismo adverso

Yo sabía que todo esto era vacío
Quiza hasta el punto del suicidio
Pero pensar en eso era absurdo
Porque tenía un profundo sentido del deber.

Sabía que había nacido para algo
Y aunque cada vez me sentía más lejos de eso para lo que había nacido
No era capaz de cesar mi existencia
Por medio de mi propia intención.

A veces sonreía
Y me alegraba un poco por las tardes y mañanas
Cuando veía a un niño desconocido sonreírme
O cuando las aves cantaban al despuntar el alba
O cuando observaba las flores recién nacidas recibiendo sol.

Todo esto era sencillo
Y por un momento me alegraban
Pero todo era efímero
Sabía que no había nacido solo para eso.

Y a veces caminaba solitario
Ensimismado y perdido
Entre algunas calles desconocidas
Y otras veces me iba cerca de esas avenidas por dónde pasan muchos autos, buses, camiones y transeúntes;
No reparaba en sus colores, ni estilos ni en detalles tontos ni en si conocía o no a las personas que pasaban
Simplemente observaba el continuo devenir,
La incesante voluntad del mundo de moverse sin ser
La continúa actividad carente de sentido, quizá sin voluntad
Porque la mayoría de las veces, los que hemos estado en una forma de servicio también hemos entendido que la mayor parte de las ocasiones no existe voluntad propia
Simplemente una obediencia vil y absurda que nos hace encajar dentro de una sociedad funcional y que en esa forma de sumisión nos han dosilizado tánto hasta el punto de llegar a creer que ahí precisamente radica nuestra autorrealización, en la pérdida de la voluntad, en la ansiedad de correr tras los sueños desconocidos de individuos inexistentes.

Es en mi interior
Solo en mi interior que moran estos sueños
Automáticos, inadvertidos, sin razón ni destino
Y a veces en mí mismo puedo ver esas grandes avenidas, esos autos, eso transeúntes, que se replican en mis imágenes y pensamientos como copias de una realidad absurda, porque me he tragado ese absurdismo junto con los sueños de quienes no conozco y no sé dónde viven o si realmente viven.

Y así, viendo hacia la nada o viendo al interior o hacia afuera, pero sin ver
Así me cuestiono
Y en ese cuestionamiento me lazero
Me golpeo y me odio a mí mismo
Por no ser
Por no existir
Por no vivir para mí
Por no encontrarme a mí mismo y mis razones por las cuales estoy aquí.

Derrepente algo intenta sacarme de mí
Un objeto animado interrumpe el curso de mis pensamientos profundos
Sacándome de lo más hondo de mí realidad interior
Y no se va hasta devolverme a la realidad
Me resisto, pero insiste
Hasta que como volviendo del futuro, como despertando de un sueño escucho una voz que en forma lastimera me pide cinco pesos para montarse en la ruta.


Nostalgia

Nostalgia no dan los recuerdos de los momentos que se vivieron junto a personas que amamos con todo y hoy ya no están.
Nostalgia da el tiempo que consideramos perdido en la inmensidad de la nada por creer que estábamos equivocados al sentir lo que sentimos por quién lo sentimos.

Nostalgia no dan esos besos pasionales que nos llegaban al alma y producían una mezcla de locura y calma
Nostalgia dan los minutos y segundos, los sentimientos, las emociones, los gestos que hoy están en el vacío de la inexistencia.

Nostalgia no causan las caricias de unas manos suaves sobre la delicada piel, ni las experiencias inexploradas ni las sensaciones descubiertas por primera vez.
Nostalgia da el pensamiento falso de lo infinito, de lo interminable, de lo eterno, nostalgia da el falso futuro que nos construimos en el pasado, nostalgia dan las oportunidades que se han dejado por ser, por sentir, por vivir lo que se ha vivido y amar lo que se ha amado creyendo que era amor cuando no fue.

Ya no estás

Los recuerdos no se desintegran
Solo la existencia
La consciencia de la ausencia es admitida mas se niega
La razón se vuelve ciega con afecto
Y el afecto sigue el curso hacia el vacío donde ya no estás.

Aceptar que ya no es me desvanece
Mas creer que aún te tengo me destruye
Y aunque sé que es imposible permutarte
Te persigo entre mil rostros que se parecen a tí.

No eres tú
Es mi memoria de tí
No es tu alma
Es mi historia
Soy yo creando un vacío
No eres tú viviendo en la sombra.

Pero la esperanza es fuerte a pesar de la verdad
Mi accionar tan inconsciente entre las realidades
Disociado entre mis lágrimas, mi vacío y mi soledad
Te escribo poemas y pienso en tí como que todavía existes y me escuchas.

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