Soy lo que soy por mis caídas
Ellas me han enseñado que este mundo no es perfecto
Y que yo tampoco lo soy.
Cada marca de mi cuerpo
Me recuerda lo frágil de mi existencia
La forma corpórea de la consciencia
Que me hace recordar que no siempre tengo la razón.
El recuerdo de los sollozos, de los gemidos
Del sentimiento de frustración
De la tristeza y de la rabia
Las que encontraron justa razón
De existir y explayarse en el alma
Como la barca en el mar.
Una luz de esperanza puedo ver en la memoria
En la historia de cada caída y de cada levantarme
De cada muerte y de cada nuevo nacimiento
Que en conjunto implantaron los cimientos
De lo que soy; de lo que pienso, de lo que siento y hacia donde voy.