Yo sabía que todo esto era vacío
Quiza hasta el punto del suicidio
Pero pensar en eso era absurdo
Porque tenía un profundo sentido del deber.
Sabía que había nacido para algo
Y aunque cada vez me sentía más lejos de eso para lo que había nacido
No era capaz de cesar mi existencia
Por medio de mi propia intención.
A veces sonreía
Y me alegraba un poco por las tardes y mañanas
Cuando veía a un niño desconocido sonreírme
O cuando las aves cantaban al despuntar el alba
O cuando observaba las flores recién nacidas recibiendo sol.
Todo esto era sencillo
Y por un momento me alegraban
Pero todo era efímero
Sabía que no había nacido solo para eso.
Y a veces caminaba solitario
Ensimismado y perdido
Entre algunas calles desconocidas
Y otras veces me iba cerca de esas avenidas por dónde pasan muchos autos, buses, camiones y transeúntes;
No reparaba en sus colores, ni estilos ni en detalles tontos ni en si conocía o no a las personas que pasaban
Simplemente observaba el continuo devenir,
La incesante voluntad del mundo de moverse sin ser
La continúa actividad carente de sentido, quizá sin voluntad
Porque la mayoría de las veces, los que hemos estado en una forma de servicio también hemos entendido que la mayor parte de las ocasiones no existe voluntad propia
Simplemente una obediencia vil y absurda que nos hace encajar dentro de una sociedad funcional y que en esa forma de sumisión nos han dosilizado tánto hasta el punto de llegar a creer que ahí precisamente radica nuestra autorrealización, en la pérdida de la voluntad, en la ansiedad de correr tras los sueños desconocidos de individuos inexistentes.
Es en mi interior
Solo en mi interior que moran estos sueños
Automáticos, inadvertidos, sin razón ni destino
Y a veces en mí mismo puedo ver esas grandes avenidas, esos autos, eso transeúntes, que se replican en mis imágenes y pensamientos como copias de una realidad absurda, porque me he tragado ese absurdismo junto con los sueños de quienes no conozco y no sé dónde viven o si realmente viven.
Y así, viendo hacia la nada o viendo al interior o hacia afuera, pero sin ver
Así me cuestiono
Y en ese cuestionamiento me lazero
Me golpeo y me odio a mí mismo
Por no ser
Por no existir
Por no vivir para mí
Por no encontrarme a mí mismo y mis razones por las cuales estoy aquí.
Derrepente algo intenta sacarme de mí
Un objeto animado interrumpe el curso de mis pensamientos profundos
Sacándome de lo más hondo de mí realidad interior
Y no se va hasta devolverme a la realidad
Me resisto, pero insiste
Hasta que como volviendo del futuro, como despertando de un sueño escucho una voz que en forma lastimera me pide cinco pesos para montarse en la ruta.
Entre la niebla y el mar
Seguí en el bosque un alma inexistente y me perdí
Me metí en un embravecido mar de cristal y me ahogué
Y fue entre la niebla y las cristalizadas aguas profundas
Ya sin alma ya sin aliento
Que abrí mis ojos y lloré.
No sabía si era un sueño
O si estaba en ese mundo místico que siempre había negado
No sabía nada sobre la existencia
Ni sobre el sentir ni la ciencia
Ni sobre las conciencias colectivas
Ni el amor
Y la primera imagen que evoqué fue el rostro de ella
Quién era ella
No lo sé
Pero su rostro aparecía en cada intento de escapar de la niebla
En cada intención ansiosa por salir de lo profundo de ese cristalizado mar.
Yo solo quería llegar a la orilla
Solo quería encontrar un pensamiento claro
Pero su rostro turbio y ofuscado lo ocupaba todo
Y ese todo era perturbador.
No sabía nada de mí
Tampoco sabía nada sobre ella
Eran tan difícil utilizar la palabra realidad
¡Todo era tan sofocante e incierto!
¡Cómo es que alguien puede vivir sin recordar!
¡Cómo es que se puede ser sin sentir!
¡Cómo se puede amar sin conocer!
¡Cómo puede el tiempo no olvidar!
Pero sobreviví
Un día llegué a la orilla
Y encontré una cumbre donde pude ver por encima de la niebla
Y ese rostro…
Ya no está.
Vacío perfecto
No sabía si es que había aprendido a ser feliz con nada
O es que se le había olvidado eso de la búsqueda de la felicidad
Abandonado entre libros, letras y canciones sin nombres
Era el viento susurrante que manejaba su andar.
Solo, sin sentimientos, sin nostalgias
Sin amores, sin desamores, sin sufrimiento
Tal vez algún presentimiento de lo que vendría
Que figuraba más de lo mismo que de algo nuevo.
No era absurdismo ni locura
No era abstracción ni nihilismo
Era una idea simple y dura
De que había encontrado un vacío perfecto.
No era exceso de razón
No era intelecto
No era frialdad
No era miedo
No era lesión cerebral.
No era un estado psicológico incorrecto
No era un argumento espiritualmente perfecto
No sabía explicarlo para sí
Ni tampoco yo lo comprendí
Pero cuando miraba sus ojos brillantes y vacíos
Sentía como una mezcla de serenidad y terror.
Nostalgia
Nostalgia no dan los recuerdos de los momentos que se vivieron junto a personas que amamos con todo y hoy ya no están.
Nostalgia da el tiempo que consideramos perdido en la inmensidad de la nada por creer que estábamos equivocados al sentir lo que sentimos por quién lo sentimos.
Nostalgia no dan esos besos pasionales que nos llegaban al alma y producían una mezcla de locura y calma
Nostalgia dan los minutos y segundos, los sentimientos, las emociones, los gestos que hoy están en el vacío de la inexistencia.
Nostalgia no causan las caricias de unas manos suaves sobre la delicada piel, ni las experiencias inexploradas ni las sensaciones descubiertas por primera vez.
Nostalgia da el pensamiento falso de lo infinito, de lo interminable, de lo eterno, nostalgia da el falso futuro que nos construimos en el pasado, nostalgia dan las oportunidades que se han dejado por ser, por sentir, por vivir lo que se ha vivido y amar lo que se ha amado creyendo que era amor cuando no fue.
Lo que no somos
Sé que algunas veces pierdo la ilusión
Y entre mis días oscuros me debato entre la nada y la existencia
No encuentro la consciencia que une los espacios vacíos
Existentes en cada pedazo de materia oscura
Entre el universo frío y mi alma insegura.
Y así es que perdura está sensación de soledad
Así es que pido ayuda en esta sociedad más vacía que mi alma
Así es que busco calma entre tantos sistemas operativos
Queriéndome sentir vivo entre lo que escribo
Mientras se publica una nota suicida en una red social que yo ansío sea real pero que no existe
Y me viste
En la desnudez
De lo que sentiste cuando yo me iba y no me detuviste
Pero está bien estar solo
Para darse cuenta de que existimos
Pero no existimos
Solo somos sombra de lo que advertiste y nada más.
En pequeño cúmulo
Somos un cúmulo de pensamientos caminando
Y si no caminamos
Somos un cumulo de pensamientos estancados.
Somos una nube de sentimientos voladores
Y si no nos descargamos
Con el tiempo nos oscurecemos
Hasta caer donde nunca nos necesitaron.
Somos una caja de fantasías y deseos
Sin rumbo ni dirección
Carentes de razón
Cantando una loca canción
Que nunca entendimos ni entenderemos por qué la cantabamos.
La espera
A veces quisiera encontrarte
Mirarte a los ojos y sonteírte
Y sentir la seguridad de que eres tú y nadie más
Dejarme ir con mis emociones
Llorar
Gritar
Y refugiarme en el abismo de tu regazo
Sentir el abrazo compensatorio de todas tus ausencias
Hundirme en tu presencia como se hunden los cuerpos en las aguas calmas.
Tan solo quisiera verte al alma
Y escudriñar tu mirada
Tratando de encontrar ese tiempo
En el que no estabas
O tal vez sí estabas
Pero nunca te ví
Porque entre tanto buscar y tanto encontrar no me di cuenta de tu existir.
Tan solo quisiera tenerte
Sentirte
Amarte un segundo antes de la eternidad
Y que escuches en la serenidad de tu soledad
El gemido de este corazón desesperado por encontrarte.