Me acuesto y te hablo sobre los deseos de mi corazón
Me levanto y me prosterno para pedirte por lo que creo que más amo
Tu me escuchas en silencio
Observas mis argumentos
Comprendes mis intenciones
Y sonríes
Si son vanas no lo entiendo
Si son puras me desvío
A veces he pedido tanto por lo que quiero
Y persistido tanto en una ilusión
Sin darme cuenta del ensimismamiento
De mis propias fantasías
Noche y día el pensamiento se me ha ido entre ilusiones
Sin comprender las corrientes en lo profundo de mi ser
He sentido cierta inquietud
Y advertido alguna señal
Más no me he dado cuenta de tu voz
Y me hablas entre líneas, entre versos y entre almas
Más no se ha percibido el tono firme e impasible de tu habla.
He tenido miedo
Y he cruzado el río
Sin saber a dónde voy ni para qué
He golpeado al viento
Y soportado el frío
Sin tener razón de causa ni por qué
Y ahora estoy aquí
Entre el desierto de mi alma
Soportando la sabiduría de mi propia opinión
Culpandome a mí mismo e intentando tener calma
Cuando yo fui el arquitecto de esta historia
Conocí un mundo pero…
Emprendí un viaje
Conocí un mundo
Fue algo rápido
Y sin planear tanto
Un mundo bello
Bellas montañas
Arena blanca
Aguas profundas
Con atardeceres azules
Y amaneceres rosados
Nunca esperé llegar allá
Tal vez nunca llegué
Tal vez todo fue viaje
Tal vez el viaje nunca empezó
No lo sé
Porque no conocía ese mundo
No conocía el destino
El puerto de salida y de llegada lo perdí
Pero lo ví
Y cuando me acerqué parecía bello
Tan bello que quise quedarme ahí
Su sol
Sus lunas
Sus estrellas
Eran totalmente distintas a lo que conocía
Le pregunté a Dios por ese mundo
Me mencionó su nombre
Hoy no lo recuerdo
Mañana tal vez
Pero tenía un nombre lindo
Tan lindo era su nombre
Que cuando Dios lo mencionó
Lloré
Me pareció tan puro
Tan sublime
Tan ideal
Que mi inconsciencia pensó que debía olvidarlo
Porque a veces hay cosas que son tan bellas en la vida, que es mejor olvidarlas antes que recordar lo bellas que fueron y no estar ahí
Jesus secó mis lágrimas
Y me dijo
Sí, es lindo
Pero no llores
No es tu mundo
Tú no vives ahí
Y nunca vivirás
Y si un día llegas ahí te perderás
Perderás tu mundo
Le pregunté a Jesús por qué decía esas palabras
El me dijo, tú no lo entiendes ahora, pero lo entenderás después.
Conocí un mundo
Y no lo conocí
Y en mi sueño
Perdí el mapa
La ubicación
Y el camino que me lleva allá
Pero según mis olvidos
¡Que lindo era ese mundo!
¡Que bello!
Pero no era para mí
Un mismo camino
Caminaba por las calles de una bella ciudad, preciosos paisajes adornaban el ambiente, apacibles moradas se veían desde el andén por donde transitaba; el cielo azul despejado daba un toque de serenidad al alma y todo en derredor inspiraba un ambiente de paz; algo raro noté en el sueño, era que aunque la ciudad estaba bella y bien arreglada, no había ser humano a la vista, pero pronto mi perspectiva cambió; una niña apareció de repente delante de mí y señalando un nuevo pasaje hacia mi derecha, me dijo: tendrás que tomar este camino.
Observé con profundo detenimiento mi nuevo destino que se extendía sin fin y resolví sin opción alguna caminar hacia allá. Todo era distinto al primer ambiente, aquí las calles estaban polvorientas, las casas estaban semi destruidas y la tierra se notaba árida y seca, algo insano se podía respirar y hasta el cielo daba un color gris. Luego empezaron a aparecer personas en el camino, estas invadían mi espacio, me gritaban obscenidades y hasta intentaban golpearme, corrí por librarme del peligro y cansado de correr caí tumbado en el suelo, nuevamente apareció la pequeña que me había señalado el camino y me dijo: ¿por qué te asustas?, este es el mismo lugar por donde caminabas antes y señalándome a la derecha observé que me encontraba a pocos metros de la bella ciudad, entonces, desperté.
El diario de viaje de una mariposa
Las alas de la regia mariposa se movían apaciblemente, cual expresión de alegría y amor a la vida, como abriéndose a la libertad; lucía relumbrante y colorida, su estela era un arco iris sostenido unos leves segundos por el viento. Ante tal espectáculo la pequeña mariposa no sabía si mirar a su alrededor o mirar sus fastuosas alas, que con sus suaves y ligeros aleteos realizaban una combinación de colores increíble, tales como los de un ocaso de verano en pleno mar.
La mariposa resolvió dejar de verse por un segundo, entonces fueron deslumbrantes las cosas que apreció; abajo, arriba, a su lado, mil colores destilaban de ese mundo exterior, era una maravilla, nunca lo había visto de esa manera, jamás pensó que existiera, era lo mejor que podía pasarle. Súbitamente miró hacia abajo, le llamó la atención algo que se movía allá, poco a poco fue bajando, disminuyó la velocidad de sus aleteos mientras observaba ese diminuto punto de mil colores que estaba ahí abajo, bajo más y más, hasta que lo tocó y cuando lo hizo se sintió feliz, completa, plena, libre, mítica y real, era ella, sí, era ella posada sobre unas aguas cristalinas.