Entre la niebla y el mar

Seguí en el bosque un alma inexistente y me perdí
Me metí en un embravecido mar de cristal y me ahogué
Y fue entre la niebla y las cristalizadas aguas profundas
Ya sin alma ya sin aliento
Que abrí mis ojos y lloré.

No sabía si era un sueño
O si estaba en ese mundo místico que siempre había negado
No sabía nada sobre la existencia
Ni sobre el sentir ni la ciencia
Ni sobre las conciencias colectivas
Ni el amor

Y la primera imagen que evoqué fue el rostro de ella
Quién era ella
No lo sé
Pero su rostro aparecía en cada intento de escapar de la niebla
En cada intención ansiosa por salir de lo profundo de ese cristalizado mar.

Yo solo quería llegar a la orilla
Solo quería encontrar un pensamiento claro
Pero su rostro turbio y ofuscado lo ocupaba todo
Y ese todo era perturbador.

No sabía nada de mí
Tampoco sabía nada sobre ella
Eran tan difícil utilizar la palabra realidad
¡Todo era tan sofocante e incierto!

¡Cómo es que alguien puede vivir sin recordar!
¡Cómo es que se puede ser sin sentir!
¡Cómo se puede amar sin conocer!
¡Cómo puede el tiempo no olvidar!

Pero sobreviví
Un día llegué a la orilla
Y encontré una cumbre donde pude ver por encima de la niebla
Y ese rostro…
Ya no está.

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